La mayoría de los perros se adaptan a la dieta cruda sin dificultad, pero siempre es una buena idea ir poco a poco, sobre todo si su perro tiene algún problema digestivo o intestinal. El cambio a la dieta cruda no debería llevar más de una semana. Si examina las heces detenidamente (¿y qué padre de perro concienzudo no lo hace?), observará que tienen pequeñas protuberancias. Estas pequeñas protuberancias vacían los sacos anales cada vez que el perro los expulsa, eliminando así el hedor, la incomodidad y el coste asociados a los sacos obstruidos.
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Perro